Los sustentadores de la idea primigenia (organización de vuelos; construcción de los primeros aparatos) que se constituye en palanca que posibilita cambios en determinada época, por lo general son comprendidos por pocos y criticados por la mayoría de sus contemporáneos.

 

Así le habrá ocurrido a Leonardo de Vinci (1452 - 1519), quien sostenía que el Hombre podría imitar a los pájaros...¡Y volar!. Fue combatido por su teoría, quizás siglos.

- Así les habrá ocurrido a los jóvenes Sussini, Mujica, Guerrico y Romero Carranza, estudiantes universitarios que fueron llamados "Locos de las azoteas" cuando experimentaban con antenas y conexiones hasta derivar en el nacimiento de la Radiotelefonía argentina, en 1920.

 

- Así les habrá ocurrido a los hermanos Wilbur y Ourville Wright, cuando lograron su primer vuelo con biplano en 1903, inaugurando esa fantástica actividad con el Siglo XX.

Y EN GONZALES CHAVES...

"Los locos del barrilete" fueron llamados en Gonzales Chaves aquellos muchachos de entonces, que guiados solamente por noticias que llegaban desde lejos, y con folletos y planos pusieron manos a la obra para construir el primer planeador.

Recomponiendo listas que se publicaron en diversos medios, podría decirse -salvo error u omisión- que el grupo inicial del Otto Ballod estuvo integrado por Leonardo Daniel, Juan y Egberto Dekker; Luis, Miguel y José Pusineri, Eugenio Denot, Ismael Gómez, Argentino Cutrín, Faustino Molina, Jorge Dentone, Juan Claudio Dori, Miguel García Carbone, Orlando Colman, Teodomiro Tello de Meneses, Pablo Moreno; poco después Atilio Hugo Giménez, José Ochotorena, Eriberto Iranzi, Alberto Capalbo, Francisco Mario Reynoso.

A ellos se agregan tantos y tantos hombres y mujeres que de una u otra fonna -aún con la tarea más humilde- fueron fortificando la idea de organización, sin la que de poco hubiese servido el entusiasmo en tomo a una actividad tan apasionante como compleja.

Leemos en la Revista "Cincuentenario del Club OTTO BALLOD, 1982": -"Un deporte desconocido en Gonzales Chaves era tema obligado de las conversaciones e inquietudes de un grupo de jóvenes, que estudiando en planos y analizando folletos explicativos ponían manos a la obra".

"Entre ellos, Leonardo Daniel Dekker y un grupo de amigos que compartían la curiosidad por eso que parecía tan utópico: surcar los aires pampéanos en aparatos sin motor. En el taller de Carpintería de don José Krin Dekker, y con el respaldo económico que significaban cien pesos donados al efecto, comenzó la construcción del planeador "Primario". Aquellos precursores no escaparon al calificativo "locos del barrilete", y esa forma de decir (Que reflejaba reacción contra lo desconocido más que mala intención) se constituyó en estímulo".

SOMERA DESCRIPCIóN DEL "PRIMARIO"
Viga de madera y mimbre constituye el fuselaje (7 metros); banqueta para el piloto, que tiene a mano la palanca para movilizar sistema de comandos (Alerones, timón de profundidad y de dirección). Sobre el piloto las alas (10 metros de un extremo a otro), la cabana formación especial en la parte central del fuselaje, encima de las alas con cables de tierra "y por debajo" cables de vuelo", asegurando la unidad del conjunto (120 kilos de peso). Planchuela metálica a modo de "patín" en la parte inferior, asegurando el deslizamiento del aparato en tierra.

“...LA CONSTRUCCIóN DEL PLANEADOR PRIMARIO NOS LLEVó UN AÑO. DESDE EL CLUB ALBATROS NOS MANDABAN LOS PLANOS POR PARTES. CUANDO ESTUVO TERMINADO APARECIó POR ACá UN SEÑOR LLAMADO GRECO, QUIEN DIJO QUE ERA MUY RIESGOSO QUE INTENTARAMOS VOLARLO SIN NINGUNA EXPERIENCIA. Y SE OFRECIó PARA HACERLO PUES AFIRMABA QUE HABíA VOLADO CON LOS ASES DE LA AVIACIóN DE ESA éPOCA”.